Sé que te interesan los resultados, a mí también.
Pero mi foco está en la estrategia, no en la inmediatez.
En la planificación, no en el trabajo por impulsos.
He pulido mucho mi proceso de trabajo, logrando afinar muy bien la puntería.
Me implico, me dedico a tu proyecto.
Trato de entender muy bien qué solucionas y para quién lo solucionas, y lo convierto en propuestas de valor para tu público.
Vendedores hay muchos, pero que entiendan profundamente tu negocio, objetivos y lo sepan materializar en oportunidades afines, muy pocos.
Pongo el alma en los proyectos, hago míos tus objetivos.
Y con metodología y tiempo, convierto los planes en resultados.
Mi labor no se trata de crear para ti un sistema de ventas que te genere reuniones.
Yo lo hago, lo llevo a la práctica, soy una más de tu equipo, especializada en ventas de servicios e intangibles.
Creo escuela, formo e informo a mis compañeros y cargos en la empresa del progreso en los objetivos.
En épocas de vacas flacas no sirve cualquier vendedor al que dar una lista y le digas: -”toma, ancha es Castilla”-, como dicen en mi tierra.
En época de escasez hay que cambiar el cortoplacismo por la visión a largo plazo.
Hay que mover el punto de mira mes a mes, a una visión global o anual que trabajemos juntos.
Hay que conocer muy bien el mercado y el producto, esa información me la transmitirás tú y yo la haré mía.
Hay que ser flexible, resiliente e innovador.
Hay que aspirar, pero también inspirar.
La calma no es una actitud pasiva de inmovilidad, es saber que se está trabajando por un objetivo grande.
El mundo de las ventas y el marketing es muy movido y a veces cuesta ver los objetivos grandes en medio de tanto ruido,
“los árboles no nos dejan ver el bosque”.
Esa visión poco estratégica y cortoplacista lleva a unos resultados pobres.
Cuando el objetivo es crecer (vender)
hay que hacer un buen plan
que nos lleve a acciones diarias.
Ir de lo pequeño a lo grande.
Y del ideal, a las acciones diarias.
Y todo esto tiene mucho que ver con las ventas B2B (business to business).
En este camino aprendí cómo insistir sin ser pesada, cómo ayudar sin interrumpir, en definitiva, cómo ser útil a los demás.
Me gustaría compartir mis aprendizajes contigo.
¿Trabajamos juntos?